Por lo tanto la sonoterapia consiste en aplicar estos tonos audibles, vibraciones y frecuencias, en determinados puntos o zonas del cuerpo físico y energético con el fin de reestablecer el equilibrio del sistema inmunológico, armonizar la respiración, incrementar la producción de endorfinas, equilibrar los dos hemisferios cerebrales, incluso llegar a restaurar funciones celulares alteradas, calmar la mente y con ello el cuerpo, ayudar a superar estados emocionales negativos, etc. En definitiva, se intenta revitalizar y equilibrar los patrones frecuenciales alterados o los órganos y sistemas afectados.
Después de exponer el cuerpo a sonidos con frecuencias armónicas o un masaje sonoro, la mayoría de la gente se siente llena de energía y equilibrada física, emocional y espiritualmente.